top of page

EL POSTRE

2022

La familia que uno elige. Así les llaman. Una retórica deliciosa y con mucho sentido. Sobre todo, cuando la familia de sangre está lejos. O está ausente. O simplemente no está. Es que los amigos son un pilar en la vida de cualquiera. Siempre lo he dicho. Te descojonas, te acaricias, te consuelas y te apañas con ellos. Y alguna vez he escuchado, que entre los amigos no hay secretos. ¡Vamos! Es que son familia. La que uno elige.

 

Hay todo tipo de secretos: desde aquellos que llamamos mentiras blancas, hasta los más oscuros de dolores con alma si los descubrimos. Unos hacen daño. Otros, tampoco tanto. Pero la pregunta que siempre me he hecho, es que cuando hay tal nivel de cohesión entre dos – o más - personas que se entienden como amigos, que se adoran, porque han elegido adorarse, ¿Puede haber secretos? A veces los callamos para no hacer daño innecesario. A veces nos envalentonamos, porque entre amigos, cualquier potencial error o descuido, debería ser perdonado, ¿no? El amor fraternal entre amigos lo supera todo. Dicen.

Esta es la situación: Mayo. Una cena. 6 amigos. Debía ser una reunión de risas, cotilleo y discusiones políticas y sociales, como tantas que habían tenido a lo largo de años de amistad. ¡Tantas copas de vino que habían pasado entre estos 6 amigos! Me rio solo de pensar en la cantidad de anécdotas que habrán vivido. Fiestas, paseos, viajes. Cenas. Muchas cenas. Sobre todo, en la casa de uno de ellos que se las da de súper anfitrión y que lo controla todo. Pero a ver, no me quiero adelantar. Ya les contaré quienes son estos 6 amigos.

Tanto es lo que se conocían, lo que habían vivido, lo que habían celebrado e incluso llorado juntos, que jamás imaginaron que una noche como tantas otras sería todo lo contrario. Pero antes de contarles lo que pasó en aquella cena, déjenme presentarles a cada uno de ellos. Así los van conociendo un poco más, antes de llegar al postre.

FRANCO: Un abogado de prestigio. Un chico muy horizontal. La loca mala. No, no es que sea malo, pero es tan llevado a sus ideas – que son siempre las mejores, por supuesto – que es incapaz de ver más allá de su propia nariz. Siempre tiene un comentario de mal gusto. Siempre debe tener la última palabra (como buen abogado). Y siempre, siempre, tiene que ser todo a su manera, que, según él, es la mejor. ¡Qué pesado que puede llegar a ser!

BRUNO: Es la pareja de Franco. El guaperas, el coquetón, el seductor. Y lo sabe. De joven era el típico que miraba a todos por debajo de su hombro. Y sí, siempre consiguió todo lo que quiso. No me mal interpreten, no es una mala persona, solo que a veces se aprovecha de su condición de guaperas para conseguir lo que quiere. Y por eso, ojo, nos cae bien.

SERGIO: Es el mejor amigo de Franco. Es un regludo. Muy preocupado del qué dirán, de las apariencias y de quedar bien con todo el mundo. Le cuesta ser frontal y por eso, se traga más de lo que debería (no estoy hablando de eso ¡Mal pensados!, me refiero a que es poco confrontacional y suele no tener los cojones necesarios para lidiar con ciertos temas).

PEDRO: Es el último que llegó al grupo. Hace tan solo unos meses comenzó una relación con Sergio. Es un encanto de tío. Las bromas le salen hasta por los poros, sabe hacer reír, aunque a veces se le pasa la mano, no solo con el calibre de sus bromas inadecuadas, sino con las copas que pocas veces puede - o quiere - controlar.

CRISTIÁN: Amigo de Franco y Sergio hace bastantes años ya. Es un soltero empedernido, dueño de la noche y de follar por el simple arte de follar con lo que se le cruce por delante. No cree en la pareja, pero admira a quienes han podido construir una relación. Es un tío dulce de polla abultada y requete-usada.

GABRIELA: Es la mayor del grupo. Soltera por gusto y por placer, hace tiempo que dejó de creer en las relaciones heterosexuales. Se cansó de los hombres, así de fácil. Es una mujer divertida, desbocada y honesta. No tiene pelos en la lengua. Fan de todo lo que sea gay. Podríamos decir que es un hombre gay frustrado. Una fantasía de mujer.

¡Ay que grupazo de gente! La verdad que cuando están juntos, son una montaña rusa de diversión, de complicidad, de armonía, de…. Vaya mierda ¿De qué sirve todo aquello, si los secretos están a pedir de pie? El problema, es que, hasta esa noche de mayo, todos creían tener sus secretitos bien guardados, que para eso son secretos. Pero no. Tarde o temprano las ollas se tenían que destapar. Y que mejor que hacerlo frente a un delicioso postre.

Esa noche habría todo tipo de conversaciones, como siempre. Debía haber risas de temas pasajeros, y oídos atentos a asuntos más complejos. Claro, son amigos. En las buenas y en las malas. Dicen. Esa noche, sin embargo, las conversaciones entre unos y otros iban a distorsionar aquel paisaje fraternal, que insisto, por años venían construyendo unos con otros. Porque así se habían transformado en aquella bella familia que cada uno había elegido tener. Conversaciones. ¡Y qué conversaciones, por favor! Yo no estuve ahí esa noche para escucharlas, me las contaron. Pero ¿saben?, intentaré replicar esas palabras que fluyeron con prestigio y con angustia entre 6 amigos, que supuestamente, eran mucho más que eso.

La casa de Franco y Bruno siempre fue el punto de encuentro, y esa noche de mayo no iba a ser la excepción. Franco cuidaba cada detalle, siempre le gustó hacer sentir bien a sus invitados: gastronomía de punta y vajilla elegante. Se agasajaba cuando lo felicitaban por su casa, sus cenas y su decoración. Estuvo horas en la cocina preparando una ensalada griega, pan casero, un estofado de cerdo con puré de manzana y ciruelas. Y de postre, la receta secreta que había heredado de su abuela.

Ahora les cuento con lujo de detalles todo lo que pasó aquella noche. Quédense hasta el postre. Que está bueno.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Franco está en la cocina acelerado terminando de montar cada detalle. Bruno justo termina de perfumarse en el baño.

Franco (gritando) - ¡Ya deberían estar por llegar! - Nadie responde - ¿Bruno? ¿Me escuchaste? -

Aparece en la cocina Bruno terminando de ponerse el reloj.

Bruno: - Si, si… ¡No tienes por qué gritar! -

Franco: (con voz de mando) - ¿Puedes sacar el hielo y ponerlo en la hielera? Está en la segunda bandeja del congelador -

Bruno saca el hielo. Parece molesto por las órdenes de Franco. Franco termina de aliñar la ensalada griega.

Franco: - La margarita está en la nevera helándose, ponle un poco más de azúcar -

Bruno termina de poner cubitos de hielo en la hielera y saca una jarra de margarita de la nevera.

Franco: - El azúcar está en la despensa. No te confundas con el azúcar moreno, que si le pones el color de la margarita queda muy feo -

Bruno hace todo lo que le pide Franco.

Bruno: - Parece que Cristián al final viene sólo -

Franco: - ¿Sólo? ¿Pero cómo no me dijiste antes? ¡O sea que puse un puesto de más! - Bruno vierte azúcar en la jarra de margarita. Es azúcar moreno - ¿¿¡¡Pero qué mierda tienes en los oídos!!?? ¡¡Te dije que no usaras el azúcar moreno!! ¿¡Qué no puedas hacer nada bien!?

Bruno:  - ¡Vale, vale! ¡Bájame el tono por favor! Que no es el fin del mundo 

Franco: - ¡¡¡Es que ahora la margarita va a quedar con color a pis!!! -

Franco se acerca a Bruno e intenta revolver la margarita, saca azúcar blanco intentando arreglar el color.

Bruno: - ¡Relájate hombre por favor! Si vienen los de siempre. No tienes que impresionar a nadie esta noche. ¡Y no le pongas más azúcar! Va a quedar intomable -

Franco: - Tu no entiendes nada parece, ¿eh? -

Bruno se queda de brazos cruzados, mientras Franco mete más limón, más tequila y más azúcar en la jarra.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sergio conduce. Pedro va de copiloto y lleva unas botellas de vino en los brazos.

Sergio (con tono tierno):  - Amorcito, esta noche contrólate un poco con el alcohol, ¿bueno? ¿Por mí? –

Pedro (molesto):  - Sergio, ya hemos hablado de ese tema. Tú tranquilo, que no voy a decir ninguna estupidez. Pero no me hagas pedir Coca Cola, cuando vamos a estar toda la noche con los amigos de siempre. Es viernes. Tuve una semana de mierda. Es lógico que me quiera tomar algo. Además, si rechazo uno de los cócteles de Franco, me va a pegar esa mirada de odio que no soporto -

Sergio: - ¡Uy sí! ¡Franco! Lo quiero mucho, pero sus miradas cuando no le agradeces por algo son del terror. Pobre Bruno, ¡cómo lo debe de aguantar ese hombre! Es para hacerle un monumento-

Pedro: - Mira, monumento, no sé… Yo quiero mucho a Claudio, pero como que se aprovecha un poco de Franco… ¿Hace cuánto ya que lo despidieron? -

Sergio: - Van a ser 5 meses ya -

Pedro: - ¿Y en 5 meses no le ha salido una puta entrevista? No me lo creo -

Sergio: - ¿Y qué sabes tú? ¿Cómo sabes si Franco le ha pedido que no se preocupe de buscar? ¿Que si están bien así? -

Pedro: - ¿Franco? ¿Qué quiere a Bruno de dueña de casa? Lo dudo -

Sergio: - Bueno, tu calladito con andar diciendo cosas incómodas y arruinar la cena -

Pedro (molesto): - ¿Lo dices por la otra vez? -

Sergio: - ¡Sí pues! ¿Qué es eso de andar sacando los trapitos al aire de nuestras cosas? ¡Te emborrachas y no controlas la lengua! Por eso te digo que vigiles… con el alcohol -

Pedro frunce el ceño como niño pequeño y abraza las botellas de vino.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bruno y Franco terminan de montar la mesa en el comedor. Suena el timbre. Bruno se acerca a la puerta y entran Sergio y Pedro. Se abrazan y besan contentos. Franco se acerca a saludarlos con el mismo entusiasmo.

Bruno: - ¡Llegó la pareja más dulce del mundo! -

Franco: - ¡Hola! ¡Me encanta la puntualidad! -

Pedro: - Lo sabemos. Por eso Sergio puso pie en el acelerador, se saltó un par de luces rojas y aquí estamos. A la hora -

Sergio: - ¡Hola guapos! Tomen… unos Chardonnay maravillosos. Ponlos en la nevera un rato y listo –

Sergio le pasa las botellas a Franco y Franco mira con cara de desilusión.

Franco (intentando ser amable y correcto): - No sé qué tan bien queden con la carne. ¿No ves que se marida mejor con un tinto? -

Sergio pone cara de desilusión. Se siente mal.

Bruno: - Franco por favor, el Chardonnay lo servimos con el postre y yo saco unas de tinto que tenemos guardadas. Problema resuelto -

Franco: - Pero pasen, pasen, no se queden aquí en la entrada. Bruno, tráete la margarita y el aperitivo. ¡Rápido! -

Pedro: - ¡Uy! ¡Margarita! ¡¡Me encanta!! - Sergio mira de reojo a Pedro después de aquel comentario, mientras se van acomodando en el salón. - Y Cristián… ¿Viene con el nuevo noviecito? -

En ese momento se escucha de la cocina a Bruno gritar.

Bruno: - ¿Alguien me puede venir a ayudar? -

Sergio: - Voy. ¡Yo voy! - Sergio se levanta del sillón y corre hacia la cocina.

Franco: - Esa era la idea pues, pero Bruno recién me confirma que viene sólo -

Pedro: - ¡Ah! ¡Pero qué problema! Le puedo decir a Gaby que venga. Esta mañana me preguntó que hacíamos y le dije que le avisaría si podría venir… ¿puede? -

Franco mira con cara de angustia. No le gustan las improvisaciones. En eso aparecen Bruno y Sergio con bandejas con copas y una jarra de margarita.

Bruno: - ¿Pero qué problema hay? Toda la cena está organizada para 6, así que perfecto que venga Gaby -

Pedro no pierde tiempo en servirse una copa de margarita.

Pedro: - ¡Maravilloso!, ahora la llamo -

Pedro se toma un sorbo de margarita, saca su teléfono del bolsillo y se aparta del salón.

Franco (con algo de ironía): - Bruno, ¿y el picapica? ¿Le salieron piernas a la bandeja y va a venir caminando hasta el salón? –

Franco avanza por su cuenta a la cocina antes que Bruno pueda responder.

Sergio a Bruno (con la voz más baja) - Tú sabes cómo se pone cuando es anfitrión… -

Bruno (en voz baja) - ¡Uf! ¡Dímelo a mí! Que lo tengo de anfitrión 24 horas, 7 días a la semana -

Ambos ríen.

Sergio (un poco más serio): - ¿Y tú? ¿Cómo estás? -

Bruno: - Bien, bien… todo bien -

Sergio: - ¿Cómo va la búsqueda de trabajo? -

Bruno: - Tranquilo. ¡Estoy muy positivo y abierto a nuevas oportunidades! -

Sergio (sonriente): - ¡Esa es la actitud! -

Bruno (coqueto): - ¡Esa camisa te queda muy bien! Ajustada. Se te ven los brazos más marcados... -

Sergio (coqueto) - ¿Te gusta? - Sergio aprieta su antebrazo para marcar sus músculos - Estoy yendo más seguido al gimnasio -

Bruno: (con sonrisa pícara) - Se nota… -

En ese momento aparece Pedro

Pedro: - ¡Listo! Gaby viene luego - Se toma otro sorbo de margarita y grita hacia la cocina - ¿Seguro que no te importa Franco? -

Franco aparece en salón con una bandeja llena de quesos, fruta y galletas crackers.

Franco (con una sonrisa falsa): - ¡Por supuesto que no! Me encanta Gabriela, ¡Es una loca! -

Bruno: - ¡Uf! ¡Esa mujer! Si fuera hombre, seguro que sería gay -

Pedro: - ¡Claro que sí! Si está obsesionada con todos nosotros -

Franco: - ¿Pero es verdad que ha podido invertir a algunos? -

Sergio: - ¡Eso es un mito! Sé que se ha comido un par, pero ¿de ahí a transformarlos en heterosexuales? Difícil… -

Bruno (en tono de burla): - Sería la cura para muchas madres despechadas y desilusionadas de sus hijos - Silencio incómodo. Pedro esboza una sonrisa melancólica y se toma un sorbo de margarita - ¡Pedrito! ¡Perdóname! No lo quise decir con esa intensión -

Sergio le acaricia la pierna de Pedro. Pedro toma otro sorbo de margarita.

Pedro (con una sonrisa incómoda) - No, nada. ¡Tranquilo, hombre! ¡Que no me sentí aludido para nada! -

Sergio (cambiando de tema y revertir la incomodidad de todos): - Bueno, Franco, ¿cómo va tu nueva oficina? -

Franco: - ¡Fantástico! Aún no puedo creer que sólo hace 6 meses pude abrir un bufete de abogados con mi apellido en él. Ya hemos ganado un par de casos y la voz está corriendo rápidamente -

Sergio: - ¡Qué alegría amigo! ¡Estamos muy orgullosos de ti! Lo que has logrado en poco tiempo es impresionante -

Franco levanta el pecho orgulloso. Pedro se toma un sorbo más de margarita.

Pedro: - Me imagino que ya no es necesario que Bruno trabaje, ¿no? – Sergio le pega un codazo a su pareja disimuladamente, y Pedro se toma un sorbo más largo de margarita. Bruno y Franco se notan algo incómodos por el comentario - ¿¿Y qué tiene este tequila?? ¡Tiene color a pis! -

Franco: - Bruno, que se equivocó de azúcar. No es tan difícil diferenciar el moreno del blanco, ¿no? -

Bruno: - Ay, Franco ¡No exageres! El color da lo mismo, ¿no? ¿Pedro, está bueno? ¿Tú que eres experto en tragos largos? -

Pedro: - ¡Está fenomenal! Salado, dulce y ácido. ¡Todo junto! Tan bueno está, que me voy a servir otro, ¿puedo? -

Franco (apunta a la jarra de margarita) - Tú mismo -

Suena el timbre. Bruno se levanta a abrir la puerta. Es Cristián. Le da un piquito y un abrazo a Bruno.

Cristián (muy alegre) - ¡Buenas noches familia! - Todos se paran a saludar a Cristián, todos contentos de que haya llegado. - ¡No saben las ganas que tenía de verlos! ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos los 5 juntos? -

Sergio: - Hace como 1 mes, ¿no? En el cumpleaños de Ignacio -

Pedro: - ¡Uf! ¡Qué buena que estuvo esa fiesta! -

Bruno: - ¡Dejaste la barra vacía! -

Pedro: - Todas estábamos igual de borrachinas -

Cristián: - Esa fue la noche que me comí al ex de Salvador Santos. ¡Dios mío que tío más sexy! Y la tiene… - Hace un gesto con las manos haciendo ver el tamaño grande del pene. Todos se ríen. Menos Franco que le sirve una copa de margarita a Cristián.

Franco:  - Tú no paras, ¿eh? ¡Vas por ahí, de polvo en polvo! Algún día te vas a contagiar algo, y ahí te quiero ver -

Cristián (serio): - A ver Franquito. Lo que yo haga en la cama, y con quién lo haga y con cuántos lo haga, es cosa mía… Tú calladito, mira que de móvil en móvil estamos casi iguales - Franco se incomoda con el comentario de Cristián

Bruno: - ¿Qué cosa de móvil en móvil? ¿A qué te refieres? -

Cristián (intentando evadir el comentario anterior): - A nada… es un decir… como ustedes no están ni en Grinder, ni en Scruff, ni en Manhot, no entienden el nuevo lenguaje digital -

Franco mira de mala manera a Cristián. Sergio entiende que algo raro está pasando y cambia el tema.

Sergio: - Oye Cristián, nos dejaste a todos colgados. ¡Creíamos que hoy nos presentabas al novio fantasma! -

Cristián: - No, lo dejamos esta tarde -

Pedro: - ¡Pero si te duró menos de dos semanas! Yo ya me estaba haciendo ilusiones, de ir a tu boda… -

Cristián (riéndose): - Jamás me verás entrar de blanco a ninguna parte. Me amo tanto, que conmigo basta y sobra - Todos se ríen. Menos Franco, aún se siente molesto por el comentario anterior de Cristián.

Bruno (a Franco y en voz baja) - Cambia la cara -

Franco: - Oye Cristián, la verdad, no entendí tu comentario anterior. Cuéntanos más sobre este nuevo lenguaje “digital” -

Cristián: - A ver, es muy sencillo. Hoy en día las aplicaciones son la mejor vitrina para conocer gente y follar sin tanto trámite. Aunque hay mucha gente que se inventa perfiles calienta pollas-

Franco: - ¿Y qué tengo que ver yo con eso? -

Sergio (hace que no escucha la pregunta de Franco y redirige el tema hacia otro lado): - ¿En serio? ¿Pero qué saca la gente con inventarse perfiles? Es medio ridículo -

Pedro: - Desesperado, diría yo -

Bruno: - En alguien que no es… pero eso se daba mucho en la época del chat, ¿se acuerdan? -

Franco: - Yo jamás usé chat -

Sergio: - Tú quizás no, pero todos nosotros sí -

Bruno: - ¿Se acuerdan de ese chico Federico? El pobre muchacho tenía como 18 años cuando conoció a un tipo de Miami por un chat y viajó para conocerlo -

Sergio: - ¡¡Y el tipo no le abrió la puerta!! ¡Si! ¡Claro que me acuerdo! -

Franco: - ¡Pobre imbécil! -

Pedro: - ¿Quién? ¿El que viajó? ¿O el que no abrió la puerta? -

Franco: - Ambos… es que nadie puede viajar a otro país para conocer a alguien en vivo con quien sólo ha hablado a través de una pantalla -

Cristián (A Franco): - Pero las pantallas a veces pueden generar mucha ilusión y expectativa -

Franco: - Todo eso es muy irreal y falso -

Cristián: - Aquí estoy de acuerdo contigo Franco. Muy falso todo. Mucha mentira detrás de una pantalla. Hay cada freak aquí… ahí afuera, digo… hay que tener cuidado a quién uno le teclea-

Sergio: - Yo prefiero la vieja escuela. Cuando ibas a bailar a discotecas de ambiente y conocías a más guapo de la noche. Te besaba, te llevaba a su cama… -

Pedro: - Y al día siguiente “Si te visto no me acuerdo!” ¿no? - Todos se ríen - ¿Cris, cuando fue la última vez que conociste a alguien así? -

Cristián: - Mmm… pues creo que nunca he conocido a alguien así - Todos ríen.

Bruno: - Pues yo conocí a Franco así. Fue muy bonito. Y al día siguiente me llamó desesperado -

Franco: - Estaba esa noche de juerga contigo Sergio. Tú fuiste quien le clavó los ojos a Bruno, pero Bruno me dio bola a mí, ¿te acuerdas? -

Pedro: - ¡Bah! No me sabía esa parte de la historia… ¿de verdad te habías fijado en Bruno tú primero? -

Bruno (incómodo): - ¿¿¿Quién quiere más margarita??? -

Pedro: - ¡Yo, por favor! ¿Y? ¿En serio fue así? -

Franco: - ¡Sí! Sergio me dijo “¿Viste a ese tipo tan guapo?” Me voy a acercar, espérame aquí” … pero Sergio no tuvo los huevos para acercarse porque se sentía muy poca cosa. ¡Entonces me acerqué yo a Bruno y ahí nació el amor! -

Bruno: - Ahí comenzó todo –

Cristián: - Y aquí los tenemos 5 años después. ¡In love! -

Franco (le da un beso a Bruno): - ¡In love! -

Sergio: - Pero si no fuera por eso, yo quizás ahora no estaría con mi Pedrito -

Pedro se toma un sorbo de margarita rápido y le da un beso a Sergio.

Cristián: - ¡Tanto amor! Que me dan ganas de vomitar - Todos se ríen - Voy al baño mejor -Cristian se levanta del sillón, toma la chaqueta que dejó en la entrada y se va al baño.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cristián entra al baño. Su risa la transforma en seriedad.  Saca del bolsillo de su chaqueta una caja de medicamentos. En el envase se lee “Epivir”. Se traga una pastilla sin agua. Se moja el rostro y queda observándose en el espejo con cara de melancolía unos segundos. Sale del baño y regresa al salón.  

Ya de regreso en el salón y antes de decir nada, Franco coge del brazo a Cristián y se lo lleva a la concina, con la excusa de que necesita rellenar la jarra con más margarita.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Ya en la cocina Cristián comienza a picar de la ensalada que ve encima de una mesa. Franco comienza a llenar de tequila la jarra de margarita vacía. Está molesto.

Franco: - Cristián, no voy a aguantar que hagas ese tipo de comentarios insidiosos en mi casa, y mucho menos frente a Bruno -

Cristián: - ¿Qué comentario? -

Franco: - No te hagas el idiota conmigo. ¡Sabes perfectamente de qué te hablo! –

Cristián: - ¿Lo del móvil? -

Franco: - ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué tenías que hacer ese comentario ahí delante de todos, delante de Bruno? ¿¡Cuál es tu idea!? -

Cristián: - Mira Franco, tú sabes lo mucho que te quiero. Te conozco hace más de 10 años… y, bueno… ¡se me salió sin querer! Perdóname. No tenía ninguna intensión que se prestara para confusiones -

Franco: - Mira Cris… -

Cristián (Interrumpe): - En todo caso, te lo he dicho muchas veces: Te estás entrampando sólo -

Franco: - Mira Cristián, yo no le hago daño a nadie. No me he metido con nadie -

Cristián (vuelva a interrumpir): - No, no. Sé que no te has acostado con nadie, pero ganas no te han faltado, ¿o sí? -

Franco: - Sabes que sería incapaz de hacerle eso a Bruno. Hablar de vez en cuando con un tipo por el Grinder no es ponerle los cuernos a Bruno… es sana diversión… -

Cristián: - No me vengas con ese discurso a mí. Sana diversión fue una o dos veces. Cuando descargaste la aplicación y la usaste una vez. Pero resulta que llevar más de dos años inventándote perfiles, le andas calentando pollas a desconocidos y lo dejas después con las ganas. ¿Lo ves muy normal? -

Franco: - No le hago daño a nadie y punto. Y por respeto a nuestra amistad, te pido por favor que los comentarios de doble lectura te los dejes en casa y no digas estupideces frente al resto. Esto es entre tú y yo, ¿vale? -

Cristián mira con cara de molestia a Franco, pero es su amigo… por eso cambia su tono de voz a uno más conciliador.

Cristián: - Sólo digo que te cuides. Es muy fácil que alguien te descubra, tal cual yo lo hice y… -

Franco (interrumpe): - Ya no hablo con nadie que no tenga cara en su perfil. Solo con los que la muestran -

Cristián: - Ese no es el punto. La gente no es tonta. Yo te descubrí de inmediato. Y esta ciudad es muy pequeña. No seas estúpido y no pongas en riesgo lo que tienes con Bruno sólo por jugar a hacerte el soltero e inventarte perfiles en Grinder para que algún imbécil se caliente contigo porque le escribes “hot” y le mandas fotos de pollas que no son la tuya… -

Franco termina de preparar la margarita. Lo toma con las manos y antes de irse al salón se dirige por última vez a Cristián.

Franco: - Ese es mi asunto, ¿vale? Prometiste no decir nada, entonces no digas nada, ¿OK? Yo no digo nada de lo tuyo y tú no dices nada de lo mío… es un trato…-

Franco sale de la cocina sin darle la oportunidad a Cristián de responder.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Franco entra al salón con la jarra de margarita, detrás de él viene Cristián en silencio. La conversación que estaban teniendo los otros 3 es interrumpida.

Franco: - ¡¡Otra ronda más de margaritas!!... ¿¿Que estaban cotorreando ustedes 3?? -

Pedro:  - ¡De lo bueno que te quedan las margaritas! - Acerca su copa para que Franco le sirva - Y de que, a mi Sergio, le gusta tu Bruno - Nadie se ríe - ¡Ay! ¡¡Que son serios!! Parecen pequeñas tumbas sin sentido del humor…-

Bruno y Sergio se ríen incómodamente. Cristián sonríe con malicia y Franco se queda serio observando a Pedro mientas se toma un sorbo de margarita.

Franco (mirando primero a Pedro y luego a Sergio): - ¡Bien mala tu broma! ¿Eso fue hace cuánto? ¿6 años atrás? -

Bruno: - Hace 5 años, Franco. Hace 5 años que nos conocimos -

Franco: - ¡Si, amor! 5 maravillosos años. Qué Sergio lo haya visto primero… -

Cristián (interrumpe): - Y tú te lo hayas comido después, no significa nada, ¿no? -

Franco: - Qué feo eso que acabas de decir… Sergio, diles por favor que jamás te molestó que yo me haya acercado a Bruno después que tú no te atreviste -

Sergio: - ¡Claro que no! Eso fue hace mucho tiempo y las cosas se dieron como se dieron… y ¡ya está! Que tema más soso – Y saca un cigarrillo. Franco lo mira.

Franco: - ¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! Nada de fumar aquí dentro. Si quieres, ve a la terraza -

Bruno (en tono de broma) - Y después de la situación incómoda de la noche… te acompaño a fumar, Sergio -

Franco: - ¿Y tú? ¿Fumarás? -

Bruno: - ¡Uno de vez en cuando no hace nada! -

Sergio le ofrece un cigarro a Bruno y salen juntos a la terraza.

Franco (A Pedro, quien se toma un buen sorbo de Margarita): - Bien estúpida tu broma, ¿eh? -

Pedro: - Son bien exagerados y sensibles todos ustedes. Se conocen hace muchos años, yo aparecí hace menos, no tenía idea que a Sergio le gustó Bruno cuando lo vio la primera vez. ¡Y qué tanto escándalo! ¡¡Qué tiene de malo!! Ya han pasado tantos años. Tú estás con Bruno. Yo con Sergio. Y todos somos felices. El único solterón es Cris -

Cristián: - ¡Amén! Soltero, pero igual de feliz que sus destellantes vidas maritales -   

Pedro (con la voz ya medio perturbada de tanta margarita): - ¡¡Salud por eso!! - Pedro hace un brindis. Cristián le sigue el buen humor. Franco brinda un poco más serio y Pedro se toma un buen sorbo de Margarita.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En la terraza hay muchas plantas y no se logra ver con claridad hacia el salón. Sergio se enciende un cigarro y le enciende uno a Bruno.

Bruno: - Qué malas pulgas anda Franco, molestarse por la broma de Pedro -

Sergio: - Es que Pedro también, se empieza a desubicar cunado bebe… -

Bruno (interrumpe): - Déjalo, si Pedro es así -

Sergio: - No, alcohólico no es -

Bruno: - No quise decir eso -

Sergio: - Sé que no. Perdona. Es que me descompongo. Cuando Franco se pone así… -

Bruno (interrumpe) - ¡Siempre es así! Tú y yo lo sabemos. Cero sentido del humor -

Sergio: - Y Pedro tan desubicado -

Poco a poco, mientras hablan y se miran a la cara, Sergio y Bruno comienzan a acercarse.

Bruno: - Y Franco tan control freak -

Sergio: - Y Pedro tan bocón -

Bruno y Sergio se acercan cada vez más. Se miran fijamente.

Bruno: - Y Franco tan frígido -

Sergio: - Y Pedro… que no es como tú -

Bruno: - Y Franco que tampoco… -

Sergio y Bruno se besan embobados por unos pocos segundos. Se tropiezan al intentar no hacer ruido y esconderse entre las plantas para que nadie los vea.

Sergio: - Aquí es muy peligroso -

Bruno: - Si, si… están todos adentro -

Sergio: - Mejor entramos -

Bruno: - Me termino el cigarro. Me quedo aquí un rato más -

Sergio: - ¿En serio? ¿Aquí, solito? -

Bruno: - Sí. Necesito un poco de aire… y un poco más de nicotina. Tú entra -

Sergio se da media vuelta, cruza unas enormes plantas de la terraza y entra al salón. Bruno hace un par de caladas nervioso observando la nada.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sergio entra al salón, mientras Franco y Pedro discuten sobre política. Cristián parece como ausente, mientras bebe margarita.

Franco: - No, no… esos socialistas hacen lo que hacen por puro interés -

Pedro: - Si, estoy de acuerdo, hacen de todo… menos llenarse los bolsillos… tal cual lo hacen los de derechas -

Franco: - No se ha comprobado si ese caso fue de corrupción o… -

Sergio (interrumpe): - ¡Ah no! ¡Dijimos la última vez que de política no íbamos a hablar más! Puras peleas -

Pedro: - Si, cariño, tienes razón. Además, que no se puede hablar con un facho –

Franco: - Y menos con un comunacho -

Sergio: - ¡Ya! Paren de una vez… -

Cristián: - Si, esta cena se está poniendo aburrida, ¿o no Sergio? -

Pedro: - ¡Pero qué cena! si no hemos comido nada. El anfitrión no nos ha hecho pasar al comedor aún -

Franco: - Pero ¡cómo vamos a pasar a la mesa! Si Gaby aún no llega -

Pedro (con voz alcoholizada) - ¡Pero si ya conoces a Gaby! Va a llegar al postre y al bajativo… Y se va a beber los bajativos de todos -

Sergio (intentando ser discreto): - Pedrito, cariño… mucha margarita para ti parece. ¿Quieres un vaso de agua? -

Pedro lo mira con cara de enojo. No le gustó para nada el comentario.

Franco: - Entonces, vamos a cenar… - grita hacia la terraza - ¡Bruno, Bruno! ¡Hay que terminar de montar la mesa!

Sergio: - Déjalo en paz que se fume su cigarro. ¡Yo te ayudo! - Franco y Sergio comienzan a levantar el jarrón de margarita y las bandejas con copas vacías. Pedro intenta servirse una última copa - ¡Ya te dije! Cálmate con las margaritas -

Sergio le arranca el vaso a Pedro, lo pone sobre la bandeja y se va a la cocina junto a Franco. Cristián se acerca con su vaso, aún lleno, donde Pedro.

Cristián: - Toma Pedrito. Termínate el mío que yo no quiero más -

Pedro: - ¿Qué te pasa Cris? Llegaste efusivo de alegría y ahora estas callado. ¿Pasó algo? -

Cristián se queda en silencio unos segundos. Mira a Pedro a la cara.

Cristián: - Nada Pedrito lindo, Nada. Está todo bien -

Pedro: - Vale guapo. Voy al baño. Espero que no hayas dejado hediondo con la cagada que te habrás pegado, hahahaha -

Pedro deja sólo en el salón a Cristián. Cristián se queda un segundo con los brazos en los bolsillos. Mira hacia la terraza. Ve a Bruno y sale hacia él.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Franco y Sergio entran a la cocina con las bandejas de copas vacías.

Franco: - Deja todo dentro del lavavajilla -

Sergio (con voz angustiada): - Oye Franco, espero que no te tomes en serio las bromas de Pedro. Tú sabes cómo es -

Franco: - Cuando bebe alcohol dices tú, ¿no? - Sergio intenta dar una respuesta, pero Franco no lo deja, y continúa hablando - Lo de la broma es una estupidez. Yo sé que a ti no te importó que yo pasara esa noche con Bruno. Mal que mal, ahora estamos juntos y felices. Lo que me preocupa es Pedro. Claramente tiene un problema con el alcohol. Es lo de su madre, ¿no? -

Sergio. - No lo sé. Su madre murió al poco tiempo antes que yo lo conociera, entonces siempre lo vi muy tirado al alcohol. He tratado de preguntarle, pero nunca tiene una respuesta clara -

Franco: - Pero él con su madre… - Y hace un gesto descalificativo.

Sergio:  - Sí. Su madre nunca lo perdonó por ser gay. Ella no le devolvió la palabra después que se enteró. Luego ella muere en un accidente y Pedro no ha podido sacarse la culpa de no haber intentado hablar con ella antes. ¡Pobre! Aún sufre con el tema -

Franco: - Es que debe ser muy fuerte que se muera tu madre y tú queriendo que te valide como persona. Yo lo entiendo - Franco saca una carne del horno y le pone un poco de salsa encima. Mientras tanto Sergio termina de preparar la ensalada - No deberías ser tan duro con él cuando bebe. Nunca ha terminado ebrio o inconsciente, sólo se anima…

Sergio (interrumpe): - Se anima, pero se desubica y abre la boca cuando no tiene que abrirla. No sabes la cantidad de veces que me ha dejado en vergüenza -

Franco: - Pero aquí estamos en confianza. Están en la casa de tu mejor amigo – Lo mira con rostro tierno - Aquí no hay malos rollos. Yo te adoro. Y adoro a Pedro. Si se desubica y bebe un poco más de la cuenta, no importa. Estamos entre amigos. Aquí lo vamos a querer igual, ¿vale? - Sergio mira con cariño a su amigo y sonríe - ¡Ya! Ahora lleva la ensalada y ponla en el comedor. Avísales a todos que se sienten en la mesa que yo ya llevo la carne. ¡Y dile a Bruno que se preocupe del vino! -

Sergio sale sonriendo de la cocina, mientras Franco termina de preparar la carne.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Vemos a Bruno en la terraza terminando de fumarse un cigarro y apagándolo en un cenicero. En eso entra Cristián.

Cristián: - ¡Y yo que te venía a robar una caladita! -

Bruno: - Tarde llegaste pues… -

Cristián: - Tu marido fue a la cocina para servir la cena -

Bruno: - ¡Uy! Entonces corro para allá que si no se me enoja -

Cristián: - ¡No, hombre, tranquilo! Sergio lo está ayudando -

Bruno (incómodo): - ¡Ah! Sergio… ok… -

Cristián: - ¡Claro! Es su mejor amigo… se conocen hace años – Y mira fijo a los ojos de Bruno.

Bruno (nervioso): - ¿Y por qué me miras así? -

Cristián: - ¿¿Y por qué te pones nervioso?? ¿Acaso crees que Sergio le va a decir algo? -

Bruno: - ¿¿Decirle algo?? ¿Decirle qué cosa? -

Cristián: - No sé pues. Eso me lo debes decir tú -

Bruno (muy incómodo y nervioso): - No sé de qué me hablas. ¡Y no sé por qué me hablas así! -

Cristián: - Tú sabes lo mucho que quiero a Franco, ¿no? A pesar de lo pesado que es -

Bruno: - Sí, si lo sé –

Cristián: - Y junto con Sergio son mis mejores amigos, ¿no? -

Bruno: - Eh... eh… si, si lo sé -

Cristián: - No me gustaría ver que se enemistan… menos por un polvo -

Bruno: (muy nervioso): - No te entiendo -

Cristián: - Sabes muy bien de qué te estoy hablando. ¡¡Los acabo de ver!! - Bruno se queda blanco. Silencio - No te estoy amanzanado, Bruno. Pero tonto no soy. Sé que Franco tiene sus cosas rancias, pero es buen tipo. Sé que Sergio no está pasando por el mejor momento con Pedro, pero lo están intentando. Y a ti, a ti te quiero bastante, pero no me gusta que te aproveches de Franco. Que no seas capaz de buscar un trabajo y que Franco te mantenga. Y te hagas el lindo con su mejor amigo. ¿No será mucho? -

Bruno: - Yo no me estoy aprovechando de nadie. Lo de Sergio no es nada -

Cristián: - No es nada para ti. No sé qué mierda puede ser para Sergio. Pero para Franco podría ser algo heavy. Vete con cuidado. No quiero ver a ninguno de mis amigos destruidos - Bruno se queda en silencio. Está impresionado después de haber escuchado a Cristián. Le quita la mirada. Enojado - Mira Bruno, yo no quiero delatar nada a nadie, sólo te digo que tengas cuidado. Sabes cómo quiero a esos dos… Y búscate un trabajo, si no quieres que no sea vea lo que se ve -

Bruno: - Eso es tema mío - Mira con rabia a Cristián y sale de la terraza. Cristian suspira, mira hacia el cielo y cierra los ojos con fuerza.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Al mismo tiempo que Bruno y Cristián entran desde la terraza, Sergio termina de poner la ensalada sobre la mesa.

Sergio: - Bruno, dice Franco que traigas el vino - Bruno está muy serio. No le responde a Sergio y sale hacia la cocina - ¿Y a éste que le pasó? -

Cristián: - No sé… dime tú - Sergio pone cara de extrañeza, no entiende el comentario de Cristián - No me tomes por imbécil. Tenemos que hablar -

Sergio: - ¿De qué cosa tenemos que hablar? - En ese momento aparece Pedro del baño. Está blanco. Serio. Con los ojos hinchados. Sergio se abalanza con preocupación - ¿Y a ti? ¿¿Qué te pasa?? -

Pedro se queda en silencio mirando fijo a Cristián

Cristián (bromeando): - Pero qué te pasa hombre, que tienes esa cara. ¿Estaba el baño demasiado pasado? -

Sergio (urgido): - ¿Pedro? ¡Responde pues! ¿Qué pasa? -

Pedro: - No, nada… algo me ha sentado mal. Eso es todo -

Sergio (algo molesto): - ¡La margarita! Ay, Pedro… -

Pedro (interrumpe): - Tranquilo hombre, que estoy bien -

Pedro mira muy serio a Cristián. Él se siente aludido.

Cristián: - Y qué me miras así… -

Pedro (interrumpe): - Nada, nada –

En ese momento aparece Bruno con dos botellas de vino tinto y tras él, Franco trae una bandeja de plata con la carne asada. Franco pone la fuente de carne sobre la mesa y comienza a indicar.

Franco: - A ver… ¿cómo nos sentamos?… Yo aquí en la cabecera. Tú Sergio a mi izquierda y Pedro al lado. Bruno a mi lado derecho y Cristián junto a Bruno… Y a Gaby, si es que llega, la sentamos aquí - Franco enseña con el dedo el puesto libre en el otro extremo de la mesa. Todos comienzan a sentarse. Bruno mira a Sergio con preocupación. Pedro a Cristián con melancolía. Cristián a Bruno con incomodidad. Sergio a Pedro con frustración. Franco se sienta alegre en su lugar de dueño de casa. Comienza a servir los platos. Todos están en silencio - ¿Qué les pasa a todos? ¿De la nada se quedaron tan callados? - En ese momento suena el timbre - ¡Esa debe ser Gabriela! -

Pedro: - ¡Justo a tiempo! – y se sirve una copa de vino tinto.

Franco se levanta de la mesa y va hacia la puerta.

Sergio (A Pedro, en voz baja): - ¿Pedro, qué mierda te pasa? En serio me estoy preocupando -

Pedro: - Te acabo de decir: Nada -

Cristian: - ¡Llegaste pálido del baño! -

Pedro se queda mirando fijo a Cristián. En ese momento entra Gabriela, con los brazos en alto gritándole a sus amigos.

Gabriela: - ¿Cómo están los maricones más lindos de toda la ciudad? - Uno a uno, todos comienzan a levantarse de la mesa para saludar a Gabriela con un abrazo - Pero ¿¿qué pasó aquí?? ¡Por qué todos están con esas caras de depresión! ¡Me aburro! ¡Si sabía que iban a estar así no vengo! ¿Acaso no se alegran de verme? -

Cristián: - ¡Cómo no nos vamos a alegrar! Si eres la reina de la noche. La discoteca con piernas más escandalosa de la ciudad… -

Sergio: - Las luces de neón más brillantes de todas…-

Franco: - La botella de vino más grande de la viña… -

Gabriela: - ¡Ay! ¡Mis niñas! Me encanta como me piropean – Gabriela se sienta en la mesa y antes que Franco le ofrezca nada, ella misma comienza a ponerse un trozo de carne en el plato - ¡Uy! ¡Pero que rico se ve todo esto! Cómo se nota tu mano Franquito lindo -

Franco: - ¿Esperabas menos? -

Gabriela: - ¡Jamás! –

Cristián: - ¿Y cómo has estado Gaby? ¿Cómo va el trabajo? -

Gabriela: - ¡Como la mierda! - se sirve una copa de vino tinto.

Sergio: - ¿Y los hombres? -

Gabriela: - ¡Como la mierda también! Estoy pensando seriamente en hacerme lesbiana - Todos ríen - Los hombres heterosexuales están demasiado sobrevalorados. Son todos una tropa de imbéciles, existencialistas, clasistas, rebuscados, insoportables. ¡¡Y cada día más gays!! ¿¿Han visto como se andan encremando y perfumando?? ¿Qué pasó con el macho recio? Ahora todos son un coñazo. Te hablan de amor y proyección, cuando yo lo único que quiero es un tipo hediondo y sucio que me folle bien. Me tienen hasta más arriba de las tetas los hombres heterosexuales. Son todos unos aburridos que sólo piensan en casarse y tener hijos. Y yo, arranco de todo eso - Gabriela no deja opinar a nadie. Sergio y Bruno intentan decirle algo, pero Gabriela no les da tiempo - En cambio, las mujeres nos estamos poniendo más recias… más “machas”. Queremos follar sin compromiso, apagamos el teléfono y le ponemos el gorro a nuestros novios. ¡¡Tal cual lo hacen ustedes!! - Gabriela los mira a todos, y al darse cuenta de que nadie ha cogido su broma, continúa - ¡Ay! ¿Pero qué mierda ha pasado aquí? ¡No vuela ninguna mosca y no se ríen con nada! ¡¡Si fue una broma!! De todos los maricones de la ciudad, los únicos que conozco fieles y leales son ustedes. Excepto por mi querido Cristian que apenas le salta la liebre se va de cama en cama -

Franco: - O de móvil en móvil -

Gabriela: - Eso mismo, de Grinder en Grinder… En cambio, yo me meto religiosamente a las 9 de la mañana, a las 12 del día, a las 5 de la tarde y a las 10 de la noche a Tinder, y puros ñoños que buscan a la mujer de su vida. ¡Terrible! -

Franco: - ¡Pero que eres exagerada Gabriela por favor! -

Bruno: - ¡Yo te podría presentar a mi primo! -

Franco: - ¡Eso! ¡Tu primo Javier! -

Gabriela: - ¿Y qué tiene el famoso Javier? -

Bruno: - Es la versión heterosexual de Cristián -

Gabriela (hace un sobajeo a las entrepiernas de Cristián): - ¿Acaso lo tiene así de grande? -

Risas. Pedro se toma un sorbo de vino.

Bruno: - Tanto tanto no sé. Pero está buscando... -

Gabriela (interrumpe): - ¡¡Ese es el problema!! Todos los hombres heteros buscan algo y no se dejan encontrar -

Bruno: - ¡Pero si no! Si mi primo sólo quiere fiesta y mujeres -

Gabriela: - ¿En serio? ¿Y qué edad tiene? -

Bruno: - 27 o 28 años -

Gabriela: - ¡Ah no! ¡Niñitos con sabor a leche, no! Pero si tú sabes que me gustan mayorcitos. Y los cuarentones que hay o están desesperados buscando novia, o están cuidando a sus hijos en la casa o son gays. No hay más… - Bruno intenta decir algo, pero Gabriela no lo deja y continúa - Las mujeres son mucho más entretenidas y desinhibidas. ¡Me encantan! Igual que los gays. ¡Esta revolución social me parece maravillosa, pero la vuelta de tortilla no me favorece en nada! Los hombres heteros están perdidos. Así que o me hago lesbiana o me busco un gay que quiera jugar a ser hetero… Y bueno… como saben pues, si fuera por mí, los convertiría a todos ustedes y seríamos todos amantes -

Franco: - ¿Te has comido alguno alguna vez? -

Cristián: - ¡Buena pregunta! -

Gabriela: - Voy a decir una sola cosa… Una dama no tiene memoria - Y se ríe pícara.

Franco (ansioso): - Ya pues Gaby… suéltala… si todos andan comentando que a alguno has convertido… estamos entre amigos, ¡cuenta pues! -

Gabriela se queda en silencio, mirando pícara a todos sus amigos. Pedro se toma un buen sorbo de vino.

Gabriela: - ¿Por qué crees que este chico Salvador Santos terminó con su pareja? -

Pedro se toma otro buen sorbo de vino.

Sergio: - ¡No puede ser Gaby! ¿¿En serio?? ¿Tú fuiste la persona con la que Salva le puso los cuernos a su ex? -

Cristián (ríe): - ¡Gracias Gaby! ¡¡Gracias!! -

Gabriela: - ¡Yo no voy a decir nada más! ¿No ves que después me tildan de rompe hogares? -

Franco: - Es que sí lo fuiste. ¿Te enteraste del tremendo escándalo? ¿Ese tipo que se comió Cristián, como se llamaba… -

Cristián: - Eduardo -

Franco: - ¡Ese, ese mismo! ¡¡¡Quedó destrozado cuando se enteró que su pareja le había puesto los cuernos… ahora entiendo por qué!!! ¡Si fue con una mujer! ¡Contigo Gabriela! ¡Qué fuerte! -

Cristián: - Pero yo te puedo decir que Eduardo no estaba tan angustiado cuando se metió conmigo. A las dos semanas del supuesto escándalo -

Sergio: - ¿Y cómo fue Gaby? ¿Cómo lo hiciste? -

Gabriela: - Se cuenta el milagro, pero no el Santo… o el Santa en este caso. Yo no voy a decir nada. Mi boca está sellada -

Franco: - ¡Es muy fuerte todo! Estoy impactado -

Gabriela: - ¡Qué tanto impacto, por favor! Lo que decía antes, cada día aparecen más gays con ganas de jugar a hacer de hetero. Como hoy salen del armario tan temprano, y nunca tuvieron sexo con una mujer, cuando están más mayorcitos quieren experimentar. Y bueno, que experimenten conmigo -

Sergio: - En todo caso, bien pavo el famoso Salvador. Si quería tener un amante, sea hombre o mujer, eso da lo mismo, tienes que hacerlo bien. ¡Con cuidado! -

Cristián: - ¿Y cómo lo harías tú Sergio? -

Sergio: (se siente aludido y mira con extrañeza a Cristian y de reojo a Bruno, quien también se pone nervioso): - No, no… yo sólo digo que hay que tener mucho cuidado. Eso es todo -

Gabriela: - ¿Y a ti Pedrito? ¿Qué te pasa? ¡No has dicho nada! -

Pedro: - Nada -

Cristián (bromeando): - Pero Pedrito, vino y vino, ¡pero no dices nada! -

Gabriela (continúa la broma de Cristian): - ¡Vino y se fue! -   

Pedro: - Todos tenemos secretos. Creo que es inapropiado que aquí hablemos de quién hizo qué cosa y juzgar a ese Eduardo o a ese Salvador por meterse con Gaby o con quien se le haya parado el culo hacerlo. Creo que hay secretos mucho más fuertes que los cuernos –

Todos se quedan en silencio. Extrañados del comentario de Pedro.

Sergio: - ¿Mi amor, pero de qué hablas? -

Pedro: - Sólo digo, que tire la primera piedra quién no tenga un secreto - Pedro mira directamente a Cristián.

Cristián: - ¿Pedro, me quieres decir algo? -

Pedro: - Cris, somos tus amigos, ¿no? -

Cristián (molesto): - Pero ¿¿qué pasa aquí?? ¡Desde cuando soy yo el que tiene secretos! -

Sergio: - Pero si nadie ha dicho que tienes algún secreto - Sergio mira a Pedro quien está serio - ¿O sí? -

Pedro se queda en silencio.

Gabriela: - ¡A ver! No estoy entendiendo nada. ¿Qué es esta tontera de los secretos y boludeses? Sé más concreto Pedro, si quieres decir algo, dilo ahora -

Pedro: - Está muy buena la carne -

Franco: - Estamos en mi casa, así que, por favor, les pido que cambiemos este tema -

Gabriela: - ¡Ay! ¡Si, mejor! Me estoy aburriendo. ¿Por qué no hablamos de hombres mejor? ¡Que no hay nada más importante que los hombres! -

Bruno: - Si no les importa, yo necesito un cigarro –

Franco: - ¡Otro más!

Gabriela: - Ay, déjalo… que se llene los pulmones de ambrosía ¡Cómo extraño el cigarro!, no sé por qué dejé de fumar – se bebe un sorbo de vino - Yo los entretengo con mi master class en pollas –

Bruno se levanta de la mesa y sale hacia la terraza.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bruno en la terraza fumándose un cigarro intentando estar tranquilo. En eso entra Franco.

Franco (con voz de mando): - Bruno… ya están listos, ¡ayúdame a preparar el postre! -

Bruno: - ¡Voy!... déjame terminar el cigarro -

Franco (molesto): - Sabes que no me gusta nada que fumes… - Bruno frunce el ceño - Quedas pasado a cigarro y luego no me dan ganas de meterme a la cama con ese olor al lado. Además, la ropa queda pasada a…

Bruno (interrumpe enojado y grita) - ¡¡Basta!! - En el comedor los otros 4 amigos están conversando sobre pollas, Pedro tomando vino, cuando escuchan desde la terraza el grito de Bruno y se quedan en silencio. Bruno está muy enojado - Estoy cansado de que estés todo el tiempo bombardeándome de reglas y de qué debo hacer y qué no debo hacer. ¡Déjame en paz una vez en tu vida, por favor! -

Franco (con asombro y voz más silenciosa): - Bruno… pero ¿ese grito? Nunca me habías hablado así -

Bruno (sigue enojado): - ¡Es que me tienes hasta las narices! Desde la mañana que me estás diciendo qué tengo que hacer con esa vocecita tuya de mando que me desespera -

Franco (recuperando la voz): - ¿Y por qué me dices esto ahora? ¿Y de esa forma? - Bruno suspira y da vuelta los ojos - ¡Nunca me habías hablado así! Con esos gritos de mala clase. Estamos con invitados en casa, qué se van a pensar, ¡por favor! -

Bruno: - ¡Se van a pensar lo que ya saben! ¡Que eres un dictador y que si las cosas no se hacen como quieres, eres un insoportable! ¡Todos te conocen! Sergio y Cristián me lo dicen a cada rato-

Franco (molesto): Mira Bruno, no es el lugar ni el momento para andar discutiendo cómo soy y qué te molesta. Termínate ese puto cigarro, entra a casa y ayúdame con el postre. Después conversamos sobre este berrinche tuyo. Si tienes algo que decirme que no te gusta de mí, me lo dices cuando todos se hayan ido, ¿OK? -

Franco se da media vuelta y sale de la terraza. Bruno se queda molesto calando desesperado su cigarrillo.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Franco entra al comedor. Todos se quedan observándolo en silencio.

Gabriela: - ¿Pero qué mierda pasó allá afuera? ¡Qué fueron esos gritos por favor! -

Pedro (tomando un sorbo de vino y con tono más de borracho): - Que la parejita perfecta tuvo una discusión porque Franquito lindo es un pesado -

Franco se queda mirando con furia a Pedro sin decir nada.

Sergio (a Pedro): - Por favor, Pedro ¡Cállate! -

Pedro (muy borracho): - ¿Callarme? ¿De qué? Si todos escuchamos la pelea. ¡No se hagan los tontos! Franco, con todo el amor, pero de que eres un pesado, eres un pesado de los graves –

Pedro toma un sorbo más de vino.

Franco (mira a Sergio para que haga callar a Pedro): - Sergio, haz algo… -

Pedro (continúa): - Has estado toda la noche ordenando a tu soldadito Bruno: que la mesa aquí, que la carne allá, que la margarita con color a pis, que el aperitivo no se sirve solo… ¡Como si fuera tu empleada! Y como el otro está sin trabajo, se deja manduquear -

Sergio (enojado y grita): - ¡Basta! -

Cristián (con la voz baja, sólo para él): - Otro basta más -

Sergio (enojado se levanta de su silla): - ¡Pedro, levántate que nos vamos! - Pedro se toma la copa de vino de un solo sorbo - ¡Ya pues! Levántate te digo. ¡Borracho de mierda! - En eso entra Bruno. Pedro intenta levantarse, pero se cae y se ríe sólo. Todos se levantan de sus puestos para intentar ayudar a Sergio quien recoge a Pedro del suelo. Sergio está muy desilusionado - Pedro, Pedro. Por Dios -

Franco: - Llévalo a la habitación y acuéstalo en la cama. Bruno, anda a prepararle un café -

Pedro continúa riéndose, pero está medio inconsciente y no reacciona. Cristian se acerca a Sergio y lo ayuda a levantar a Pedro. Gabriela se acerca a Bruno y lo acompaña a la cocina. Franco se queda de pie mirando de brazos cruzados cómo levantan a Pedro. Está con cara de rabia.

Sergio (con desilusión, mientras levanta a Pedro con la ayuda de Cristián): - Ay Pedro, qué voy a hacer contigo - Mira a Franco – Perdón -

Franco: - Eso que te dije en la cocina, pues nada… siempre hay una primera vez –

Cristián y Sergio logran levantar a Pedro y lo cogen para llevarlo a la habitación. Pedro apenas puede caminar. Salen del comedor.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bruno entra acelerado a la cocina. Gaby lo sigue detrás.

Gabriela: - ¡Dios mío! ¡Esta cena pasó de la más aburrida de la historia a la más entretenida de todas! ¡Pedro ebrio y tú peleando con Franco! ¡Cuéntame! ¿¡Qué pasó!? - Bruno se queda en silencio mientras prepara la Nespresso - Bruno cariño. No te lo guardes. No te pregunto de cotilla, te pregunto porque quiero ayudarte. ¡Desahógate! --  

Bruno (con rabia y pena): - Es que ya no aguanto más Gaby. Franco me está volviendo loco. Ahora que no tengo trabajo, se siente con el derecho de darme órdenes constantemente. Me siento muy desplazado, pasado a llevar. Como si mi opinión no valiera. Me hace sentir menos. El imbécil de Pedro tiene toda la razón -

Gabriela: - Mira Bruno, te conozco hace años. Te quiero como un hermano. Conozco también a Franco, siempre ha sido igual. Cuando trabajabas te trataba igual y nunca te quejaste. ¿Seguro que es sólo eso? - Bruno se queda en silencio mientras prepara un tazón de café. Gabriela se acerca a él - Mírame Bruno. ¿Seguro que es sólo eso? -

Bruno: - No, Gaby. No es sólo eso… -

Gabriela: - Cuéntame. Confía en mí -

Bruno: - Es que… hace un par de meses… Sergio y yo…

Gabriela (interrumpe): - ¡Lo sabía! ¡Lo sabía por Dios! Si no tengo un pelo de tonta. ¡Era evidente! ¡Tú y Sergio se enrollaron! -

Bruno: - Calla mujer, calla. Que te van a escuchar -

Gabriela (bajando un poco el tono de voz): - Bruno cariño. Es que ustedes dos de discretos tienen bien poco. Es cosa de verlos. Miraditas por allá, miraditas por acá. Sonrisitas coquetonas. ¡Ay! ¿Pero va en serio? -

Bruno: - Pues no lo sé. Comenzó como un jugueteo inocente, pero un juego que se ha ido repitiendo cada vez que podemos. Es como si lo necesitáramos -

Gabriela:  - ¿Y el sexo es bueno? -

Bruno mira a su alrededor comprobando que no haya nadie más en la cocina.

Bruno: - ¡Es el mejor sexo que he tenido en mi vida! -

Gabriela: - ¡Por supuesto que sí! ¡El sexo prohibido es lo máximo! –

Bruno: - ¡Por favor, baja la voz! -

Gabriela (bajando el tono de voz nuevamente): - Si, si, perdón… Pero Bruno, estoy para adentro. Sergio que se ve que no mata ni una mosca. Poniéndole los cuernos a Pedro con la pareja de su mejor amigo -

Bruno: - No lo digas así que lo pones feo -

Gabriela: - ¿Y cómo quieres que lo diga para que suene bonito, que son el uno para el otro y que están dentro de un cuento de Disney? Por favor, Bruno. Lo que hacen es lo que hacen. Yo no soy quién para juzgarlos. Jamás lo haría y no me atrevería a meterme entre medio, a los 5 estúpidos maricas los quiero por igual, pero de que esto es una bomba, es un holocausto cariño mío -

Bruno: - Lo sé, lo sé. Pero como que no puedo controlarlo -

Gabriela: - Cariño. Si esto sigue viento en popa, van a tener que hacer algo, y no me refiero a seguir como siguen, sino a salir del closet con sus respectivos -

Bruno: - ¡Lo peor es que… Cristián nos descubrió! -

Gabriela: - ¡No! ¿Cuándo? -

Bruno:  - Hoy mismo. Estábamos en la terraza fumando y no nos aguantamos y nos dimos un beso. Y parece que Cristián nos vio -

Gabriela: - ¡No me digas! ¡Pero cómo tan estúpidos, de besuquearse delante de las narices de todos! -

Bruno: - ¡Si sé! Hemos sido tan precavidos, pero se nos escapa de las manos -

Gabriela: - Esto es más serio de lo que me imaginé. Si no son capaces de controlarse frente a sus parejas… -

Bruno (interrumpe): - No estábamos frente a nadie, estábamos en la terraza y… -

Gabriela: - Estabas en la terraza de tú casa con Pedro y Franco a una pared de distancia. Pedro porque es un borracho no se entera de nada, pero a Franco no se le va una… -

Bruno (interrumpe): - ¡Pero Franco no nos vio! -

Gabriela: - Pero los vio Cristián, que es lo mismo -

Bruno: - Cristián no va a decir nada -

Gabriela: - ¿Cariño, has visto los ánimos que hay en esta casa? Todos están misteriosos. Incómodos. Con caritas de pavos tratando de hacerle quite a los temas. Y el otro de Pedro que hace comentarios de secretos y cosas. Aquí una bomba va a caer. Acuérdate de mí - Los dos se quedan en silencio. Gabriela continúa - Amigo de mi corazón. Sólo te voy a dar un consejo: Tú no eres un rabietas. No andas peleando por estupideces con Franco. Jamás lo has hecho. Lo que pasó, te delata. Franco te va a llamar la atención cuando todos nos hayamos ido de aquí. Si no le confiesas ahora, no lo harás nunca y comenzarás a caerte en un puto hoyo del cual no vas a saber cómo salir más adelante. Vas a comenzar a enamorarte de uno y desenamorarte del otro-

Bruno: - ¿Y Sergio? ¿Sergio que? ¡Es su mejor amigo! -

Gabriela: - Sergio tendrá que ponerse los pantalones una vez en su vida y hablar con su mejor amigo y con su novio. Además, es evidente que a Pedro hace rato que no lo quiere. No se atreve a terminar con él porque es un cobarde de mierda -

Bruno:  - ¿Y eso? -

Gabriela: - Mira, no quiero quedar como la cotilla, pero Sergio hace un tiempo atrás me dijo que ya no sentía casi nada por Pedro, pero que le daba pena terminar con él por todo lo que ha sufrido por el tema de su madre. Yo le dije que eso era lo peor que podía hacerle a Pedro, pero no me escuchó. Ahora entiendo por qué ya no quiere a Pedro. Porque te quiere a ti, siempre te ha querido a ti, pero como eres el novio de su mejor amigo… - Mientras Gabriela va anunciando su teoría, Bruno poco a poco comienza a sonreír y tomarle sentido a las palabras de Gabriela.

Bruno (interrumpe): - Eres una bruja. Tienes toda la puta razón… pero a mi Sergio jamás me ha dicho que no quiere estar con Pedro -

Gabriela: - Porque si te lo dice así tan explícitamente, sabe que se mete en las piernas del caballo confesando que está enamorado de ti y que de paso se caga a su mejor amigo -

Bruno: - ¡Bruja! -

Gabriela: - ¡Y a mucha honra! -

Bruno: - Tengo que hablar con Sergio. He de decirle que debemos hacerlo. Y juntos -

Gabriela: - Y aquí vamos a estar Cristián y yo… recogiendo los pedacitos de Franco cuando se entere. ¡Su orgullo lo va a destruir! -

Bruno: - No digas eso, que me cagas -

Gabriela: - Bruno, ¿cagarte tú? Tú haz lo que quieras hacer… no lo que debas hacer. Primero tú y segundo tú. Somos todos adultos… -

Bruno (interrumpe): - ¡Pero Sergio y Franco son amigos hace más de 10 años! ¿Crees que Sergio va a apostar por mí que por su amistad con Franco? -

Gabriela: - Eso se lo debes preguntar a Sergio. No a mí –

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cristian y Sergio entran a la habitación de Franco y Bruno. Pedro está inconsciente. Lo acuestan sobre la cama. Sergio esta desilusionado y enojado mientras acomoda bajo la cabeza de Pedro una almohada.

Sergio (resignado) - ¡Por Dios! ¡Qué voy a hacer con este hombre! -

Cristián: - Sergio. Necesito hablar un tema delicado contigo -

Sergio se incomoda. Sospecha de lo que Cristián quiere hablar.

Sergio (señalando a Pedro): - ¡Ahora no! ¡No ves que tengo a éste así! -

Cristián: - Sergio, Pedro esta inconsciente. Déjalo dormir. Más tarde se despertará, se toma un café y lo llevas a su casa. Ahora yo necesito hablar algo contigo -

Sergio: - ¿Y qué sería lo que tienes que hablar conmigo tan importante? –

Cristián:  - Te vi. Los vi -

Sergio (haciéndose el desentendido): - ¿Viste qué? ¿Nos viste a quién? -

Cristián: - A ti con Bruno. En la terraza - Sergio quita la mirada del rostro de Cristián y hace como que no escucha - Ese beso. Ese que se dieron en la terraza. No me lo niegues Sergio. ¡Los vi! –

Sergio (hace una señal de silencio): - ¡Shhhht! -

Cristián: - Hombre ¡Que no pasa nada! -

Cristián se acerca a Pedro y le grita a lo oreja. Pedro no reacciona.

Sergio (bajando la voz): - Mira Cris. Eres de mis grandes amigos. Pero no voy a dejar que me des un sermón. ¡Menos ahora! -

Cristián: - ¡O sea, lo admites! -

Sergio: - ¿Admitir qué? -

Cristián: - ¡Que tú y Bruno algo tienen! -

Sergio: - ¿Y esa conclusión? -

Cristián: - Si sabes que te voy a dar un sermón, es porque algo grave pasa. No soy idiota Sergio, por favor. ¡Soy tu amigo! -

Sergio: - ¿Y qué mierda quieres que te diga? Que hace varios meses que Bruno y yo nos estamos viendo a escondidas, ¿que nos gustamos y que nos estamos cagando a Franco? ¿Eso quieres que te diga? -

Cristián: - ¿Es eso? - Sergio se queda en silencio. Se acaba de dar cuenta que lo confesó todo sin querer – Sergio, ¡Pero hombre! ¡Están jugando con fuego! ¡Y en la propia casa de Franco! ¡Qué mierda se cree Bruno! ¡Mantenido de mierda! -

Sergio: - No es así la cosa -

Cristián (comienza a enojarse): - ¿Y tú? ¡Tú eres igual de maricón! ¡Cagándote así a tu mejor amigo! ¡Y a Pedro que es un bonachón! -

Sergio: - ¿Pedro? ¿Bonachón? Pero si es más inestable que la mierda. ¡Agotador! Hace rato que me dejó de gustar. Que lo dejé de querer. Pero tiene muchos conflictos con él mismo y no sólo con el alcohol -

Cristián: - ¿Y por qué putas no terminas con él? -

Sergio: - ¡Porque no puedo! ¡No soy capaz! El pobre ha sufrido tanto con lo de su madre que… -

Cristián (interrumpe): - Sergio ¡Por favor! Esa escusa barata no. ¡Eso es lo peor que puedes hacerle, estar por pena! -

Sergio: - ¡Y el alcohol! No para. No es la primera vez que se queda así, inconsciente. Cuando está en su casa, toma. Cuando está en mi casa, toma. Cuando está con amigos, toma. ¡No me extrañaría que tomara cuando está en el hospital trabajando! Le he encontrado botellas escondidas. ¡No sé qué hacer! -

Cristián: - ¿Y por eso lo dejaste de querer? -

Sergio: - Por eso y por todo. Se me escapa de las manos y no quiero tener en mi vida una carga como ésta. ¿Me entiendes? -

Cristián: - Eso lo entiendo. Lo que no entiendo es por qué no has terminado con él y por qué le pones los cuernos con Bruno -

Sergio (intentando cortar el tema): - ¡Ay, Cris! ¡Por favor, ahora no! Si quieres en la semana nos juntamos a comer y te lo cuento todo. Pero ahora no soy capaz -

Cristián: - Ok. Pero respóndeme una sola cosa. Y con la verdad -

Sergio: - ¿Qué cosa? -

Cristián: - ¿Estás enamorado de Bruno? - Sergio se queda callado. Observa a Pedro mientras duerme - Ok, ya me respondiste -

En ese momento entra con mucho cuidado Bruno a la habitación con un tazón de café en la mano.

Bruno (en silencio): - Traje el café… ¿Cómo sigue? -

Cristián: - Ya lo ves… inconsciente, no escucha nada, así que habla normal -

Bruno: - Ah, bueno - Bruno se acerca a Sergio y le pasa el tazón - Espera que se enfríe un poco, y se lo das -

Sergio asiente con la cabeza, mirando muy tiernamente a Bruno a la cara.

Cristián: - Los dejo solos mejor. Imagino que querrán estar tranquilos -

Cristián sale de la habitación.

Bruno: - ¿Y eso? ¿Qué le pasó a éste? -

Sergio: - Lo sabe todo. Sabe lo que está pasando… Se lo conté - Sergio hace una señal con el dedo apuntándose a él mismo y a Bruno.

Bruno queda perplejo con la boca abierta.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Franco está en la terraza, apoyado en la baranda. Con su teléfono celular escribiendo un mensaje en Grinder. En ese momento, y en silencio, entra Gabriela y lo sorprende.

Gabriela:  - ¿Con quién hablas Franquito? - Franco da un salto del susto, al punto de torpemente dejar caer el teléfono. Gabriela se adelanta y lo recoge. Ve en la pantalla la aplicación de Grinder abierta - ¿¡Pero qué mierda es esto!? -

Franco: - ¡Baja la voz!... ¿No es lo que crees? -

Gabriela (muy calmada): - ¿Y qué crees tú lo que yo creo? -

Franco: - Eh, pues no sé… dime tú -

Gabriela: - ¿Franco, acaso nací ayer? ¿Tú? ¿Grinderiando? ¿Aquí? ¿En tu propia casa? ¿Con Bruno intentando ayudar al borracho de Pedro? -

Franco: - No es lo que parece -

Gabriela: - A ver… te doy el beneficio de la duda. Convénceme que no te pillé en nada raro - Franco se queda unos minutos en silencio, mientras Gabriela lo mira impaciente - Eres abogado, ¿no? Defiende tu caso pues -

Franco: - Yo a ti no tengo por qué darte explicaciones -

Gabriela: - OK, entonces si no me las das a mí, que es verdad, no tiene por qué darme una puta explicación, porque a mí no me estas poniendo los cuernos… -

Franco (interrumpe): - Yo no le estoy poniendo los cuernos a nadie -

Gabriela: - ¿Ah no? ¿¿Estas buscando nuevos clientes?? ¿Promocionando tu prestigioso buffet de abogados en las redes? ¿Es eso? -

Franco: - Gaby, por favor, no hagamos un escándalo de nada. Ya suficiente hemos tenido con Pedro… -

Gabriela (interrumpe): - Y el gritoneo que hubo aquí mismo hace un rato – Silencio - Mira Franco. Tú sabes que yo te quiero mucho. A ti, a Bruno, a Sergio, a Pedro y a Cristián. Pero esta noche ha sido una muy extraña. Aquí algo está pasando muy raro. Y creo que hay mucho que confesar y nadie quiere hacerlo. Yo ya no quiero ser más la amiga pone-hombro que le sabe los secretos a todos. No me metan más en el medio -

Franco: - ¿Secretos? ¿Que otro secreto? Aparte de que Pedro es como es y eso no es ningún secreto. ¿O acaso hablaste algo con Bruno? - Gabriela se queda en silencio - ¿De la pelea que tuvimos… te dijo algo?

Gabriela: - Ya te dije, no quiero estar en medio de nada. Ustedes arreglen sus problemas solos, que están bastante viejos y peludos para estar buscando un mediador -

Franco: - ¿Dime Gaby, Bruno te ha dicho algo? -

En ese instante sale Cristián a la terraza. Ve que Gabriela tiene un teléfono en la mano. En la pantalla se ve un chat de Grinder.

Cristián (con humor): - Gaby, no me lo puedo creer. ¿¿Estas en Grinder?? Está bien que te quieras comer a todos los gays de esta ciudad, pero de ahí a hacerte un perfil en Grinder… ¿no será mucho? - Gabriela y Franco se quedan en silencio, mirándose incómodos - ¡Oh por Dios! Es tu teléfono Franco. Perdona Gaby -

Gabriela (con humor): - No, si… si no es mala idea hacerme un perfil en Grinder… ¿Entonces ya sabías que este tortolito le pone los cuernos a Bruno? -

Franco (interrumpe): - Yo no le he puesto los cuernos a nadie -

Cristián: - Tranquilo. Sabemos que no le pones los cuernos a nadie, pero dime Gaby, esto de andar creándose perfiles falsos en Grinder y obsesionarse con andar calentándole pollas a desconocidos, ¿no es acaso poner los cuernos de alguna manera? -

Gabriela: - Pues mira, yo no lo había pensado así. A ver, acabo de pillar a este otro escribiéndole a un tal… - Gabriela mira la pantalla del teléfono - … 20-CENTIMETROS-CON-LUGAR-EN-EL-CENTRO y lo primero que pensé era que tenía un amante por ahí… -

Cristián (interrumpe): - Pero no es que tenga amantes físicos, son solo cibernéticos, ¿es eso poner los cuernos? -

Franco (molesto quitándole de la mano su teléfono a Gabriela y apagándolo): - ¡Paren! No se metan en mi vida, que yo no me meto en la de ninguno de ustedes -

Cristián: - A mí me críticas que voy de cama en cama… -

Gabriela (interrumpe): - Y a mí me críticas que me ando comiendo gays por toda la ciudad, ¿no? Pues bien, me siento en todo el derecho de criticar tu obsesión por el Grinder. Y si esto es ponerle los cuernos a Bruno, pues sí, sí lo es -

Franco (molesto): - Pues no, no lo es… Ponerle los cuernos sería tener sexo con otro tipo sin que Bruno se entere. Y esto, no es sexo -

Cristián (riéndose de forma irónica y casi molesta): - ¡Dios mío! Esta noche ha sido una locura. No me lo puedo creer… ¿Sabes Franco? ¡Tienes toda la razón! Tú no le estas poniendo los cuernos a Bruno. ¡Y ya! ¡Y punto! - Gabriela y Franco se quedan mirando extrañados a Cristián - Ha sido mucho por hoy, mejor yo me largo… -

Franco: - No, no, no, ¡tú te quedas aquí! Ahora entremos todos y vamos al salón. Que aún falta el postre –

 

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sergio, Gabriela, Cristián y Bruno en silencio sentados en la mesa. Entra Franco con un copón enorme de postre

Franco (orgulloso): - Preparen sus paladares para disfrutar de este postre maravilloso que he preparado. Es la receta secreta de mi abuela -

Sergio: - Uhmmm, ¡qué bueno que se ve! -

Todos se quedan en silencio, mientras Franco comienza a servir los platos con el postre. Todos intentan disimular la incomodad con sonrisas falsas. Franco es el más sonriente, actúa como si no hubiese pasado nada. Gabriela es la primera en probar el postre.

Gabriela: - ¡Oye Franco, está buenísimo! -

Franco: - Lo sé… a Bruno le encanta mi postre, ¿Cierto amor? - Bruno hace un gesto con la cabeza afirmando el comentario de Franco. Franco se dirige a Sergio - Qué lástima que el borracho de tu novio se lo esté perdiendo. Igual le puedo poner un trozo en un tupperewaer y se lo come mañana para la resaca -

Cristián: - Deja a ese hombre en paz. Está durmiendo y bastante mal que lo ha pasado -  

Franco: - ¿En paz? Me ha insultado en mi propia casa, ¿Quién se cree que es? Venir a tratarme de dictador… ¿Tengo cara de Adolf Hitler acaso? -

Gabriela (riéndose, sin dejar de saborear el postre): - Te falta el bigote ese mal hecho -

Franco (dejando de servir el postre para el resto): - Son una manga de desagradecidos. Durante años los vengo invitando a mi casa, aguanto que lleguen tarde, que traigan Chardonnay en vez de Merlot, me saco la mierda en la cocina para tenerles las mejores cenas y… -

Bruno (interrumpe): - Yo, yo, yo… mi casa, mis cenas, todo tú. ¿Y yo qué, a ver? ¿Qué mierda pinto yo? Tú, rey de los anfitriones, el hombre perfecto -

Cristián: - Ninguno de nosotros es perfecto -

Sergio: - Ya, calmémonos por favor. Yo creo que mejor dejamos esta cena hasta aquí -

Franco: - Aún ni siquiera han probado el postre. Excepto la gorda de Gaby -

Pedro aparece de imprevisto en el comedor. Despeinado. Ojos rojos. Se nota que ha llorado.

Pedro: - ¡Veo que ya comenzaron con el postre! -

Sergio: - ¡Pedro!, pero ¿Qué haces levantado? Deberías seguir durmiendo. ¿Te bebiste el café? ¿Estás bien? -

Pedro se sienta en la mesa.

Pedro: - ¿Saben? Aquí todos somos unos putos cínicos mentirosos. Y ya me harté de tanto secreto y tanta falsedad. ¿Tan amigos son? ¿Tanto se quieren? ¿Que no se enteran una puta mierda de que entre cada uno de ustedes lo único que ha habido en todo este tiempo son puras mentiras? - Todos se quedan en silencio. Nadie prueba bocado de postre, excepto Gabriela que sigue comiendo. Pedro saca de su bolsillo un frasco de medicamentos - Cristian, en el baño te pillé este frasco. ¿Sabían que es seropositivo? Trato con pacientes como tú hace años. Y sé lo que implica tomar Epivir - Cristian coge el frasco y se lo guarda. Todos se quedan impávidos observándolo.

Cristián (sollozando): - Chicos, yo… -

Pedro (interrumpe): - Amigos somos ¿no?, ¿Cuánto tiempo esperabas para contarnos? ¿Tanto miedo tienes que no has sido capaz siquiera de compartir algo tan importante con tus amigos? -

Cristián: - Yo… -

Sergio (interrumpe): - Pedro, no es el momento de hacer juicios… Cristián, pero como no nos dijiste… -

Pedro (interrumpe): - ¿Y tú creías que yo estaba tan ebrio que podías hablar con Bruno delante mío sobre su descontrolado romance? -

Franco: - ¿Romance? -

Pedro: - Si Franco, tu amigo Sergio con tu novio Bruno se ven a escondidas nuestras quizás hace cuanto tiempo. Uno ya no te quiere a ti por pesado, y el otro ya no me quiere a mí por alcohólico. ¿es eso no? -

Franco (mirando a Sergio y Bruno): - ¿Qué mierda está diciendo este borracho? ¿Qué vosotros os habéis liado? –

Silencio. Todos se delatan. Gabriela sigue comiendo postre, es la única. Cristián se levanta y golpea con fuerza la mesa.

Cristián: - Paren ya ¡Joder! Sí, soy seropositivo. Me estoy tratando hace ya dos meses. Y sí Franco, Bruno te pone los putos cuernos con Sergio. Tú Pedro tienes serios problemas con el puto alcohol, porque no has sido capaz de superar la muerte de tu madre. Y Franco querido, calienta pollas del ciber espacio. ¿Están todos contentos ahora? Puta cena de mierda. Solo falta que Gaby cuente qué mierda esconde a ver si nos liberamos todos de una puta vez de las mochilas que venimos cargando –

Gabriela (enfurecida): - Pues sí. Yo también tengo algo que contar. Que los puto quiero. Y que estoy hasta las tetas de tener que cubrirle las espaldas a cada uno con sus mierdas de mentiras y engaños – Gabriela se mete a la boca la última cucharada de postre – Ahora, por favor, ¡Coman! –

Como por arte de magia, los 5 chicos al unísono cogen sus cucharas, la untan sobre el plato de postre recién servido. Se lo meten a la boca. Mastican. Saborean. Y se quedan en silencio. Algunos aún con la cara larga. Otros con las expresiones descuadradas. Otros con el rostro sorprendido. Había mucho que digerir, sin embargo, solo atinaron a tragarse aquel postre. Dulce. Cremoso. Aterciopelado. Estaba realmente bueno. Fresas jugosas se escurrían entre sus dientes. Nata mantecosa se mezclaba con sus salivas. Galletas crujientes se incrustaban en sus lenguas. Arándanos placenteros se mojaban entre sus papilas. No había nada mejor que hacer en ese momento, que saborear ese postre, el de la receta heredada de la abuela de Franco.

Ay, ¡Madre mía! Ahora se me abrió el apetito. Quiero la receta de ese puto postre. Parece que lo dulce apacigua lo amargo que implica cuando se sacan los trapitos al aire, así de sopetón. Y vociferar los secretos de los miembros de la familia que uno elige.

No les voy a contar lo que pasó después. Que la imaginación de cada uno los transporte al final que más les convenga creer. ¿Qué si Bruno y Franco se separaron? ¿O acaso esa noche arreglaron sus diferencias y siguieron juntos? ¿Qué si Pedro aprendió a controlar su alcoholismo? ¿Si perdonó a Sergio? ¿O acaso lo dejaron para siempre? ¿Si acaso Cristián desahogo toda su angustia con sus amigos? ¿O prefirió irse de la casa de Franco a follar con lo primero que se le cruzara por delante? Y Gabriela, ¿Se habrá quedado consolando a cada gilipollas disfrutando hasta el último bocado de postre? ¿O los mandó a todos a tomar por culo y se buscó una nueva familia de maricas? Pues, queridos lectores, imagínense lo que quieran. Quédense con el final feliz que crean que estos amigos merecen. O con la ruptura de lazos que parecían indestructibles, que terminaron de matar amistades construidas en años. Porque los amigos van y vienen, ¿O esas son las parejas?

Da igual. Lo importante aquí, es que los amigos son lo que son, con sus pifias, con sus errores, con sus virtudes y con sus confidencias. Que para eso están. Para ser amigos y punto. Y si hay que tener secretos, pues nada, bienvenidos sean. Si hay que hablar, incluso cuando esas palabras hacen daño, pues que se hablen. Al final, no hay una ley que dirija cómo construir una amistad. Lo importante es que se construya, sean cuales sean sus consecuencias.

My latest projects

© 2023 by Elijah Louis. Proudly created with Wix.com.

bottom of page